domingo, 27 de marzo de 2011

En Quíbor cosechan hortalizas y preservan el medio ambiente

El cultivo en invernaderos disminuye 70% la contaminación ambiental. En Venezuela existen alrededor de 1.000 hectáreas trabajadas con la modalidad de cultivos protegidos


Los invernaderos son edificaciones especiales donde se desarrollan cultivos bajo condiciones climáticas controladas. Paredes y techos construidos con malla antiáfida o vidrios evitan la penetración de insectos y rayos solares ultravioleta que perjudican la siembra.

Este tipo de cultivo, también conocido como protegido, promueve la protección del medio ambiente, porque la nutrición de las plantas y el manejo de plagas se hacen prescindiendo casi por completo del uso de agroquímicos. Al sembrar en invernaderos la contaminación ambiental disminuye en 70% y se producen plantas más saludables.


"Los cultivos protegidos se hacen bajo techo, en condiciones de cuidado. Yo estuve 20 años sembrando a cielo abierto y finalmente me di cuenta de que siempre tuve pérdidas, los aguaceros arrastraban las semillas, se las comían las aves o se las llevaban las hormigas. El sol o el mal uso de químicos quemaban las plantas, se ahogaban en el invierno, y uno terminaba perdiendo la inversión económica", cuenta William Sequera, pionero de la siembra en invernaderos en el valle de Quíbor, municipio Jiménez, del estado Lara.

Entre las ventajas de esta modalidad de siembra en comparación con la tradicional a cielo abierto destaca la posibilidad de obtener más rendimiento al generar productos de mayor calidad. Según Sequera, son posibles varios ciclos de producción al año, se disminuye el uso de agroquímicos; factores como temperatura y humedad son parcialmente controlables, así como el ataque de plagas a las plantas.

"En un invernadero se planea la producción para cosechar cuando el mercado sea más atractivo y los precios de los productos se puedan vender con buen margen de comercialización. Sus ventajas están relacionadas con las condiciones ambientales en las que se desarrolla el cultivo y con las condiciones climáticas específicas de cada región. Así que es importante contar con un sistema de control que ayude a mantener los valores de las variables climáticas dentro de cierto rango de valores, para el desarrollo óptimo del cultivo", explica el ingeniero agrónomo y especialista en horticultura, Donald Massiah.

Calidad ambiental. En el caso de Quíbor, donde los suelos son áridos y el agua escasa, la producción de hortalizas es lenta y perjudica la calidad ambiental debido al uso indiscriminado de químicos, aspecto que se convirtió en objeto de estudio para las autoridades ambientales y sanitarias del país.
 
En mayo de 2007, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura participó junto a la Comisión de Calidad Ambiental Valle de Quíbor en la creación del Sistema Preventivo de Alerta Epidemiológica Ambiental para emprender acciones regulares y continuas de investigación acerca del uso de plaguicidas y otros químicos, incluyendo los factores condicionantes y los comprobados efectos adversos que tienen sobre la salud y el ambiente de esa población.

Concluyeron que era crucial delinear acciones debidamente estructuradas para prevenir y corregir daños ambientales y de salud pública ocasionados por el uso indebido de los químicos, en función del desarrollo agrícola sustentable del municipio por medio de la agricultura responsable.
 
Con miras a contribuir en la solución de esta problemática, los agroproductores de la zona decidieron aumentar el número de invernaderos para producir plántulas y hortalizas de manera responsable.

Luis Corobo, presidente de Aciprosemcla, Asociación Civil de Productores de Semillas de Campo Lindo y Campo Alegre, refiere que: "a partir de la implementación de la tecnología de los cultivos protegidos hace 10 años han disminuido en más de 50% las afecciones respiratorias de los productores y jornaleros, que de manera directa tenían la responsabilidad de las labores agronómicas sobre el cultivo, mientras que la aplicación de agroquímicos bajó en más de 40% respecto a la producción a campo abierto".

La experiencia. "Para hacer un umbráculo, estructura del invernadero, se necesitan tuberías plásticas que integran el sistema de riego por goteo, mallas antiáfidas y abono. El cultivo se hace en canteros corridos yacentes sobre una gruesa capa de cascarilla de arroz quemada y arena, que separan las matas del terreno. Las plántulas se producen en bandejas dentro de las cuales se colocan las semillas, en cada una germinan 200 plantas que posteriormente vendemos entre 400 y 500 bolívares", explica William Anzola.

 
En el proceso de fertilización las plantas reciben los nutrientes a través del riego por goteo. "Se hace con tuberías; los nutrientes van mezclados en el abono soluble y llegan a cada cantero. Los daños causados por plagas se evitan con las mallas y no con pesticidas contaminantes".

Dedicado al estudio científico de los insectos e investigador del Proyecto "Calibración Nutricional y Microclimática de Ambientes Protegidos en el Valle de Quíbor" en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, el entomólogo Ramón Paz afirma que es posible reducir más de 50% de las aplicaciones de agroquímicos, cuando se utiliza la tecnología de ambientes protegidos.
 
"La adecuación de las tecnologías es un factor determinante en el éxito, no es solo aceptarlas tal como nos vienen de España, de Francia o Brasil, se trata de adecuarlas a nuestra realidad y permanentemente ir en la búsqueda de técnicas que permitan reciclar muchos de los insumos que representan elevados costos, como es el caso de fertilizantes solubles de alta utilización mundial en ambientes protegidos", resaltó el ingeniero Vianel Rodríguez.
 
Los invernaderos pueden ser planos, tipo raspa, asimétricos, de capilla, cristal, o tipo túnel y en ellos se cosechan flores, frutas y hortalizas. William Sequera tiene tres invernaderos planos utilizados en zonas de poca pluviosidad, dos de producción y uno de plántulas, en los cuales cosecha tomate, pimentón, repollo y ají dulce durante todo el año, a diferencia de los cultivos al aire libre que se desarrollan por temporadas.



El hombre compra semillas importadas y después de sembrarlas comercializa las plántulas a sembradores que, en sus fincas, culminan el ciclo de cultivo, promoviendo la producción de alimentos para el consumo nacional; mientras que los vegetales cosechados son distribuidos a reconocidas franquicias de restaurantes y automercados con sede en Venezuela.

"Los clientes piden confidencialidad, pero puedo contarle que hay un restaurante que me compra los tomates manzanos verdes para una salsa especial tipo guasacaca que preparan. Mi tomate es parte del secreto de su receta", dijo.

martes, 15 de marzo de 2011

Un arcángel larense custodia El Vaticano

Cirilo Rodríguez convierte piedra y madera en obras de arte con reconocimiento internacional.


Un arcángel de madera tallado y pintado por el destacado escultor larense Cirilo Rodríguez, custodia la Santa Sede en la ciudad del Vaticano.

“Cuando el Presidente de la República fue a conocer al Papa Juan Pablo II a principios del año 2000, le llevó de obsequio un San Miguel Arcángel que yo tallé en madera aquí en mi humilde taller, era muy bonito con la balanza, y su espada levantada. Siempre los he hecho porque soy muy devoto de él, pero nunca me imaginé que una de mis piezas fuera a parar allá donde permanece”, cuenta orgulloso el escultor.

Cristos, vírgenes, ángeles, mujeres, y hombres desarrollando faenas del campo, forman parte de la expresión artística de Rodríguez; sus creaciones en madera y piedra han sido expuestas en importantes salas de Venezuela, como el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, el Museo Metropolitano, y la Red de Arte Nacional.

“Esto empezó como un juego cuando yo vivía en Baragua, un pequeño pueblito de Lara donde nací, era un niño y me distraía haciendo figuritas de animales y humanos con cera de abejas porque mi abuela trabajaba con vasijas de barro, pero mi papá insistía en que debía ocuparme del conuco. Cuando crecí me escapé a casa de una hermana en Barquisimeto, y decidí estudiar artes plásticas, fue entonces cuando descubrí que era esto a lo que me quería dedicar, me di cuenta que tenía este don, y la gente lo empezó a reconocer”, relató en la sala de su casa, cuyas paredes están cubiertas por diplomas y reconocimientos.

Sus obras lo hicieron acreedor de innumerables reconocimientos como mejor artesano, entre los que destacan la Mención de Honor Segunda Edición del Certamen Mayor de las Artes y Letras Capitulo Artes Visuales que obtuvo con una pieza que tituló Adán y Eva, el Premio Sofía Imberg del Museo Contemporáneo de Caracas, Premio Antonio Herrera Toro del Salón Arturo Michelena, Premio Adquisición de Fundarte, y el Segundo Salón Bigott de Arte Popular.

“A lo largo de mis 30 años dedicado a esta profesión, he logrado exponer mis obras en los estados: Lara, Carabobo, Falcón, Anzoátegui, Maracaibo, Mérida, Trujillo, y en Caracas, ciudad capital, donde tengo obras expuestas permanentemente, como el caso de la Galería de Arte Nacional donde están un Simón Rodríguez, y un Simón Bolívar mío, y en el Metropolitano permanece un Simón Bolívar con Manuelita, su amante. Además visitantes de Italia e Inglaterra, Estados Unidos, y otros países de Europa se han llevado mis figuras y altos relieves de madera y piedra, por lo que mi reconocimiento alcanzó renombre internacional”.

Caoba, ceiba, cedro, chamán, y aguacate son las maderas que más emplea para tallar. “Porque son mucho más suaves para hacer los detalles, sobre todo las facciones faciales que exigen un trabajo muy preciso. Para las de piedra suelo emplear las areniscas que pueden ser rojizas, amarillas, y grisáceas, además cuando uno las parte producen como una especie de brillo muy bonito que se reflejan con el sol, y complementan el acabado, tomando en cuenta que ellas sólo se protegen con un barniz antes de ser expuestas”, detalló.

A la luz del sol

Sale el sol y Cirilo se dirige al patio de su casa donde entre la brisa de los árboles y el sonido de los pájaros tiene su taller. Se sienta sobre un pequeño tronco, arrima otro pedazo de madera que usa como mesa, y comienza a tallar.


Toma la madera y siluetea con tiza la figura que va a elaborar, si por ejemplo esculpirá una chamicera, (nombre popular con el que se conoce a las campesinas que transportan leña en Lara), hace un circulo para formar la cara, y una especie de triangulo para el cuerpo; es a partir de ese bosquejo que comienza a dar la forma con formones y cinceles.

“Me gusta hacerlo aquí rodeado de la naturaleza, lo único que necesito son mis herramientas básicas, tengo una motosierra para cortar los rolos, el esmeril para afilar los instrumentos porque se amellan mucho, un mazo, un machete, la hachuela, gubias y cinceles de diversos tamaños, y una prensa para sostener las piezas pequeñas. También uso lijas, talco, y pinturas para los acabados finales de envejecimiento con petróleo, y el pintado con talco que se agrega a la pintura de aceite para dar un efecto mate, por ejemplo mezclo los colores blanco, marrón, rojo, y amarillo para conseguir el tono de la piel de los personajes”.

El hombre deja la creatividad volar, obteniendo como resultado alguno de sus piadosos ángeles, a menos que se trate de alguna escultura con características especiales que haya pedido un cliente.

“Sin embargo, en esos casos también puede pasar que mi imaginación se apodere del momento, y termine creando algo totalmente distinto. Una vez una señora que colecciona mis piezas, vino y me pidió una Divina Pastora en piedra, pero cuando yo comencé a tallarla, mis manos lo que hicieron fue un ángel; cuando lo terminé tomé otra roca, y comencé desde cero para poder complacer el gusto de la dama”, refirió.

Patrimonio Vivo

Se titula Patrimonio Vivo, la obra literaria que muestra testimonios inéditos sobre la vida de Cirilo Rodríguez. El libro fue producido en agosto pasado por el Fondo Editorial Programa Nacional de Formación en Información y Documentación de la Universidad Territorial de Lara Andrés Eloy Blanco.

“Unas jóvenes que están por graduarse me tomaron como objeto de estudio para desarrollar este libro-del cual me siento muy orgulloso-para optar por su titulo profesional; es el primer libro que hacen sobre mí, allí hay fotografías de las obras, en exposiciones con amigos, frases, y comentarios de ellos mismos sobre mi trabajo como artista”, comentó mientras fumaba un cigarrillo.

Promesa incumplida

A los 58 años de edad, Cirilo piensa que su vida en las bellas artes no ha terminado, al contrario, asegura que cada día quiere volver a levantarse para seguir creando, y esperar a ver sus sueños hechos realidad: lograr una pensión, y tener una tienda para comercializar sus obras.

“La entrada de dinero que tengo con mi trabajo es inconstante, dependo de vender una talla para conseguir dinero, a veces vendo, pero en otras ocasiones no, y así es muy difícil vivir tranquilo. Uno de mis sueños es tener una pensión; a principios de este año el ministro de cultura me ofreció una pensión para poder tener algo seguro en la vejez, pero todo quedó en una promesa, no he recibido nada, y la necesito mucho”, lamentó.

Cree que su situación económica podría mejorar si logra obtener un crédito o algún tipo de ayuda económica por parte del Gobierno que le permita abrir su propia tienda, administrarla junto a su familia, y asegurar su futuro.

“La gente paga bien las obras porque reconocen mi trabajo, pero cuando no tengo encargos duro tiempo sin vender nada. En una tienda sería más fácil tener muestras para que la gente vaya y se mantenga comprándolas”, resaltó.

La Cifra
10 Millones de bolívares, cuesta una talla grande en madera del Libertador Simón Bolívar junto a su perro llamado nevado.


El Dato
El taller de Cirilo está en la calle 61B con carreras 9 y 9A de Barquisimeto, muy cerca del Aeropuerto Internacional Jacinto Lara, y su número telefónico de contacto es: 0251. 4415156.